a. CAUSAS Y CONSECUENCIAS DEL SALVATAJE BANCARIO  DE 1999 EN ECUADOR

Crisis financiera en Ecuador de 1999
Resultado de imagen para causas y consecuencias del salvataje bancario de 1999 en ecuadorLa crisis financiera en Ecuador de 1999 sucedió durante el gobierno de Jamil Mahuad y Gustavo Noboa, en que varios bancos privados de ese país cerraron o entraron a proceso de rescate financiero pasando a manos del Estado ecuatoriano. Esta crisis financiera sucede en medio de otros acontecimientos, el fenómeno natural de El Niño de 1998 en que el sector agrícola ecuatoriano quedó en bancarrota, la crisis financiera internacional y el desplome del precio del petróleo en la época (US$6,30 por barril) siendo Ecuador un país cuyos mayores rubros de exportación y el financiamiento del presupuesto estatal dependen de la industria petrolera. Esta crisis está íntimamente relacionada con el conocido Feriado Bancario.
La crisis financiera de 1999 conocida como el Feriado Bancario antecede también al año 1992 fecha en que el sistema financiero se liberalizo, siendo el banco central el que asume de manera exclusiva actividades monetarias y cambiarias por lo que algunos mecanismos de control se desvinculan de sus funciones, para 1994 mediante la ley de instituciones financieras algunos banqueros aprovecharon esto para incrementar sus actividades económicas y empresariales a través de créditos otorgados en algunos casos por relaciones amistosas sin que la entidad financiera exija garantías suficientes para el pago de dichos créditos.


Antecedentes:
Resultado de imagen para causas y consecuencias del salvataje bancario de 1999 en ecuadorLa Crisis Financiera del Ecuador tuvo su origen en el gobierno de Sixto Durán Ballén y Alberto Dahik, cuando en 1994 crearon la Ley de Instituciones Financieras, que bajaron los tipos de interés para inyectar mayor liquidez en el mercado crediticio. Lo que consecuentemente generó una burbuja de inversión. Tras los sucesos del fenómeno del niño muchos de los deudores de la banca perdieron el valor de sus inversiones por lo cual cayeron en impago consecuencia de aquello se dio un Pánico bancario en donde los cuentas ahorristas fueron en masa a retirar sus depósitos, debido a la naturaleza de la Banca de reserva fraccional los bancos comerciales fueron incapaces de responder a todos sus clientes causando quiebras en el sector bancario y posterior rescate. 2​ Estos sucesos concuerdan claramente con la Teoría del ciclo económico en la Escuela Austriaca.
Otro factor importante que agravó la crisis fueron los altos gastos militares efectuados que hizo el Ecuador para poder afrontar el conflicto bélico del Cenepa de 1995 con el Perú.

Gastos no presupuestados y para empeorar las cosas, azotó al Ecuador el fenómeno natural de El Niño de 1998 quedando el sector agrícola ecuatoriano destrozado y en bancarrota, súmese a esto la crisis financiera internacional y el desplome del precio del petróleo en la época (US$ 6,30 por barril) siendo Ecuador un país cuyos mayores rubros de exportación y el financiamiento del presupuesto estatal dependen de la industria petrolera.

Ø  Los factores de mayor relevancia de la crisis financiera en el ecuador de 1999 tenemos:
1: El fenómeno del niño.
2: Crisis financiera internacional
3: El manejo de las políticas económicas (mayor importancia) , que se ha centrado en evitar la quiebra de los bancos y en privilegiar exclusivamente el pago del servicio de las deudas externas e interna, ha tenido un efecto negativo mayor sobre el deterioro de las condiciones de vida de la población ecuatoriana, sumida en la recesión -inflación- devaluación - aumento del desempleo y de la pobreza, que impacto de los efectos de la crisis financiera internacional, en sí misma, y del fenómeno de EL NIÑO, a pesar de haber sido el más catastrófico desde el siglo XX.

¿Cómo sucedió este hecho?
El 8 de marzo de 1999, se declaró un feriado bancario de 24 horas, que finalmente duró 5 días. Todas las operaciones financieras estaban suspendidas. Mientras tanto, Mahuad decretó un congelamiento de depósitos por 1 año, de las cuentas de más de 2 millones de sucres. Aun así, los bancos “quebraron” y el Estado asumió los costos, a la población a través de diversos mecanismos, entre ellos, la reducción del gasto social y la elevación del costo de los servicios.
Durante ese mismo año, el Banco Central del Ecuador con el fin de salvar el déficit presupuestario del Estado que le impedía cubrir con el gasto público, implementó una serie de medidas devaluatorias del sucre. El efecto de decretar la inflación, fue la depreciación de los ahorros de la población. En respuesta a las medidas del banco central la población ecuatoriana empezó a cambiar masivamente la moneda nacional, sucre, por el dólar estadounidense que brindaba más confianza.

Resultado de imagen para causas y consecuencias del salvataje bancario de 1999 en ecuadorLa crisis financiera produjo aproximadamente un 70% del cierre de las instituciones financieras del país. En 1999 la actividad económica fue -7 o -8% y el sucre perdía su valor por 195%. Las pérdidas económicas ascendieron a 8.000 millones de dólares. El ingreso per cápita del dólar estadounidense había caído por 32% durante aquel año. El desempleo aumentó de 9% al 17% y el subempleo aumentó de 49% al 55%. Fueron utilizados 1.6 mil millones dólares de los fondos del Estado de Ecuador a los bancos que quebraron.
El medio circulante aumentó a una proporción anual de 170% para pagar a los depositantes de los bancos quebrados.
Con la dolarización encima y el dinero congelado en las arcas de los bancos, se devaluó en forma significativa el sucre y a una parte de la población le empezaron a devolver su dinero mucho tiempo después pero ya en dólares americanos, lo cual perjudicó en gran porcentaje la economía nacional, ya que el valor de un dólar era equivalente a 25,000 (veinticinco mil) sucres en ese entonces, y la devolución en dólares significaba pérdidas para esta sociedad que empezaba un nuevo camino monetario. Asimismo, ante la incertidumbre de la población por su dinero e impulsados por la necesidad de realizar sus pagos o compras particulares; algunas personas naturales pero adineradas se aprovecharon de ésta situación y como último recurso les empezaron a comprar éstos certificados a un precio mucho menor o con supuestos descuentos de lo que en realidad valía en dinero efectivo.5​

Así mismo, con la dolarización el pueblo ecuatoriano sufrió un cambio drástico debido a que las personas con dinero en sucre perdieron doblemente, como el valor de los papeles y la devaluación del dólar con respecto al sucre. Mientras que los grandes deudores de la banca cerrada crearon fidecomisos para pagar sus altas deudas.

Un domingo 9 de enero del 2.000, el entonces Presidente de la República Jamil Mahuad anunció en una cadena televisiva lo siguiente: “El sistema de dolarización de la economía es la única salida que ahora tenemos, y es el camino por donde debemos transitar”6​

Los problemas económicos, financieros y políticos irresolutos llevaron a masivas protestas, en las que un grupo de mandos medios del ejército liderados por Lucio Gutiérrez se tomaron el Congreso Nacional y declararon un triunvirato con la participación de civiles y el movimiento indigenista CONAIE, un 21 de enero. Mientras tanto el alto mando de la Fuerzas Armadas retiró su apoyo al presidente, derrocando a Mahuad el 22 de enero de 2000 y facilitando la ascensión de Gustavo Noboa como presidente constitucional.

Resultado de imagen para causas y consecuencias del salvataje bancario de 1999 en ecuadorCuadro de texto: Consecuencias sociales y económicas
En el Ecuador han sido múltiples los acontecimientos que han repercutido en su desarrollo, y al final del siglo XX, entre 1997 y 2001 se ha desarrollado una de las peores crisis bancarias, fenómeno financiero que ha traído serias repercusiones políticas, económicas y sociales.

El siglo XX traía una banca nacional en una etapa media de crecimiento, sin embargo, al fin de este siglo, la banca nacional se encuentra técnicamente quebrada. En este momento varias instituciones financieras, entre Bancos y sociedades financieras han sufrido una quiebra, se hallan en saneamiento o reestructuración (status jurídico creado por la Ley de Reordenamiento en Materia Económica en el Área Tributario Financiero del 1 de diciembre de 1998), que en la actualidad ya no rige. Dichas instituciones en su mayoría se hallan cerradas por causa de una mala o dolosa administración.
El Estado paternalista debió asumir el costo de la quiebra de "los IPls a través del Ministerio de Economía y Finanzas y de una entidad creada para ello, la Agenda de Garantía de Depósitos, que tenía como finalidad especial honrar la garantía de depósitos y administrar los bancos en saneamiento hasta su ingreso a liquidación.
Los administradores de los bancos quebrados, autoridades y funcionarios encargados de vigilar los negocios bancarios que fueron cómplices, no han recibido la sanción penal correspondiente por su actuar doloso, y ello refleja la poca eficiencia, moralidad y eficacia
en la administración del Estado. Como siempre el Estado siempre termina perdiendo, y como consecuencia la población ecuatoriana.
Durante los años veinte se dieron los desaciertos económicos y políticos de la bancocracia, que generaron en una grave inflación, la masacre de trabajadores del 15 de noviembre de 1922, la corrupción del sistema político que agravaron los efectos de las crisis de exportaciones.
En los años sesentas los sucesos bancarios que llamaron la atención fueron los de La Previsora y el Banco de Guayaquil, a los que solucionaron asumiendo el Estado el costo final perjudicial. Posteriormente se dio el cierre del Banco de Descuento, en todos estos casos se debió al mal manejo del sector de banqueros, administradores que quedaron sin sanción alguna, mientras el Estado asumía las consecuencias de ese actuar perjudicial.
Con estas circunstancias se promulga la Ley General de Bancos, la cual tuvo grandes logros, y rigió nuestra vida financiera desde 1974 hasta 1994 en que fue derogada. Durante los años noventa, se consideró que la ley no precautelaba los intereses de determinados sectores, y se requería para actualizarla con la tendencia de la globalización y la economía internacional. Hubieran sido efectivas si al reformar se moderniza la estructura del sistema gubernamental del Estado y su facultad controladora.

Resultado de imagen para causas y consecuencias del salvataje bancario de 1999 en ecuadorPrimeramente, con la asunción al poder de Sixto Durán Ballén y con él el Vicepresidente de aquel entonces, Economista Alberto Dahik, se propició la derogatoria de la Ley General de Bancos para dar paso a la Ley General de Instituciones del Sistema Financiero, que fue realmente una ley dedicada al sector bancario.

Muchos consideran que la crisis bancaria se inicia desde la promulgación de la Ley General de Instituciones del Sistema Financiero, pues con ella se dejó abierta la puerta al poco control por parte de la Superintendencia de Bancos, y a las malas administraciones de los bancos.
CAUSAS:
Se controló y fiscalizo al banco comercial y agrícola, que se la liquido.
Una de las causas principales de la crisis bancaria es la falta de Control de parte de la Superintendencia de Bancos, para el otorgamiento de créditos vinculados y especialmente a compañías fantasmas que resultaron ser propiedad de los mismos banqueros o de sus familiares, perjudicando con ello a miles de depositantes, que confiaron en la banca. Se dice que la razón del cometimiento de los actos no deriva de la ley, sino de quienes la deben cumplir, es decir que es la calidad moral, la falta de principios de quienes administraban los bancos, o de los que administran el Poder y el Control, lo que permite la crisis. Sin embargo, la ley abrió que muchos busquen las vías de transgredirla, por ello lo mejor hubiera sido mantener las prohibiciones de la extinta Ley General de Bancos.

Toda esta situación degenero en el perjuicio a miles de ecuatorianos y extranjeros que habían confiado en la banca nacional hoy cerrada, y también los banqueros honestos, perjudicados por las quiebras fraudulentas y provocadas por malas administraciones y falta de controles adecuados, se llegó hasta el congelamiento de depósitos, la pérdida de las inversiones, degenerando en la inflación, la devaluación monetaria, la pérdida de la moneda ecuatoriana "El Sucre", dando paso al dólar de los Estados Unidos de América.

Las consecuencias de la crisis bancaria, del cierre de varios bancos, se seguirá sintiendo en el país, y ello ocurre porque el mecanismo utilizado para el "salvataje" es errado.

Si bien la crisis llevó a la desaparición de nuestra moneda, el Sucre, dando paso a la dolarización la cual debe tomarse no como la panacea o el remedio al desastre, ya que los sistemas monetarios y cambiarios no son soluciones a los problemas de la sociedad. Es un chance para mejorar el sistema.

Es importante rescatar principios éticos y morales imprescindibles para un banquero, por cuanto administra dinero de terceros, así como establecer normas jurídicas estructurales que permitan un acertado funcionamiento y gestión de los principales órganos de control y de cada uno de los funcionarios, quienes deben ser capacitados y examinados en forma constante para evitar la corrupción en el sistema financiero.

CONSECUENCIAS:
·         Logró una estabilidad monetaria y un incremento en los ingresos públicos.
·         Quiebre y cierre del 70% de instituciones financieras del Ecuador.
·         Ola migratoria a España, USA, Italia, entre otros.
·         Caída del PIB de 7,3%.
·         Mayor pobreza, desempleo, indigencia.
·         Implementación del dólar como moneda nacional a 25000 sucres por dólar.

b.La responsabilidad de la banca en la crisis económica de Europa y Estados Unidos
Resultado de imagen para la responsabilidad de la banca en la crisis economicas de europa y estados unidosEn Estados Unidos y en algunos países europeos es probable que la banca haya contribuido al desarrollo de la crisis financiera, aunque ésta encuentra sus raíces en una explosión del crédito favorecida por unas condiciones monetarias excesivamente laxas y la generación de sucesivas burbujas (vivienda, materias primas) lo que, junto con una regulación y una supervisión deficientes, ha dado cabida a la generación y distribución de un volumen extraordinario de activos tóxicos que nunca debería haberse producido. En este contexto, es posible que la banca haya contribuido a la crisis en la medida en que ha satisfecho con excesiva fluidez y sin las garantías necesarias dicha demanda de crédito.
Se ha extendido con fuerza la idea de que los bancos españoles están siendo objeto de importantes ayudas y que, de modo insolidario, no las trasladan a las empresas y familias mediante una ampliación del crédito. Las palabras suben de tono y ya hay quienes advierten de la necesidad de adoptar medidas coercitivas para que las entidades financieras suministren la liquidez necesaria a los sectores productivos o incluso se habla de una "nacionalización" si no se transforman en crédito las ayudas recibidas.

Análisis:
Resultado de imagen para la responsabilidad de la banca en la crisis economicas de europa y estados unidosPara un análisis correcto es clave distinguir entre los problemas de liquidez y los de solvencia
Para un análisis correcto de la situación es fundamental distinguir entre los problemas de liquidez y los de solvencia. Son de naturaleza distinta y requieren medidas distintas. El de liquidez surge tras el desencadenamiento de la crisis en el verano de 2007 con el práctico cierre del mercado interbancario por la súbita pérdida de confianza entre las entidades de crédito. El de solvencia emerge como consecuencia de la depreciación de los activos tóxicos y del excesivo apalancamiento de las empresas al que, ante el empeoramiento de la situación económica, no pueden hacerle frente.

Ante la aguda y persistente sequía de fondos, los bancos centrales han asumido su papel como prestatarios de última instancia y la han suplido mediante voluminosas y repetidas inyecciones de liquidez en el sistema. Es importante percatarse que no se trata de un incremento de la liquidez en circulación sino de una sustitución de las habituales operaciones entre las entidades. No se trata, por lo tanto, de que estas inyecciones tengan que traducirse necesariamente en un incremento del crédito distribuido por los bancos. La gravedad y persistencia de la situación ha hecho que estas operaciones hayan debido complementarse con la ampliación de los plazos, de los colaterales aceptados y de las entidades con acceso al redescuento. Todas estas medidas tienen un carácter de emergencia y van dirigidas a evitar el colapso del sistema de pagos, pero sin efectos directos sobre la liquidez global, el volumen del crédito o el ritmo de la actividad económica. Sí es cierto, sin embargo, que en un clima de elevada desconfianza y ante la gran dificultad de ponderar la calidad y la exposición a los activos tóxicos, se han ampliado los diferenciales (spreads) tanto entre los tipos oficiales y el tipo del interbancario como entre los de la deuda pública y privada al incorporar esta última un mayor nivel de riesgo.

Un problema distinto es el de la solvencia. En este caso, la toma de decisiones ya no es competencia de las autoridades monetarias sino de los Gobiernos. Ante el deterioro de la situación económica y el excesivo nivel de apalancamiento, muchas empresas, incluidas algunas entidades financieras y de seguros, se han visto abocadas a la suspensión de pagos. En muchos casos, los efectos de la quiebra sobre el sistema financiero, la actividad y el empleo hubieran sido de tal magnitud que las autoridades se han visto obligadas a desplegar toda una batería de medidas (adquisición de activos tóxicos, toma de participaciones, recapitalizaciones, etcétera) para hacerles frente. Estas operaciones de rescate, por lo menos en el corto plazo, sí conllevan un coste a cargo de los fondos públicos y, por lo tanto, del contribuyente. Obviamente, los casos de insolvencia van aparejados con problemas de liquidez, pero no nos engañemos, el problema de fondo sigue siendo el de la insolvencia, aunque algunas entidades traten de enmascararlo como si únicamente se tratase de un problema transitorio de liquidez.
La banca de Estados Unidos:
En Estados Unidos y en algunos países europeos es probable que la banca haya contribuido al desarrollo de la crisis financiera, aunque ésta encuentra sus raíces en una explosión del crédito favorecida por unas condiciones monetarias excesivamente laxas y la generación de sucesivas burbujas (puntocom, vivienda, materias primas) lo que, junto con una regulación y una supervisión deficientes, ha dado cabida a la generación y distribución de un volumen extraordinario de activos tóxicos que nunca debería haberse producido. En este contexto, es posible que la banca haya contribuido a la crisis en la medida en que ha satisfecho con excesiva fluidez y sin las garantías necesarias dicha demanda de crédito.
La banca española:
En el caso de la banca española, es ampliamente reconocido que sólo se ha visto marginalmente salpicada por la adquisición de activos tóxicos, que el grueso de su negocio es de carácter tradicional y que ha sido completamente ajena al modelo de "originar para distribuir". Las entidades se encuentran en una situación saneada con excelentes ratios de rentabilidad, de solvencia y de eficiencia. Nuestros bancos figuran entre los mejor provisionados para hacer frente a un aumento de la morosidad (fondos anti cíclicos) que, por lo demás, se encontraba en mínimos históricos y muy por debajo de la de nuestros competidores. A diferencia de un buen número de los países de nuestro entorno, los bancos españoles no han sido objeto de intervención o de rescate alguno. Ello se debe, en gran medida, a una regulación y supervisión a la vez estricta y eficiente que se ha acompañado de una gestión particularmente prudente.
A pesar de esta situación relativamente favorable, nuestras entidades no han podido sustraerse a los efectos de la crisis. Por un lado, se están viendo penalizadas con unas primas de riesgo más elevadas como se desprende de la ampliación de los spreads de la deuda soberana y el encarecimiento relativo de sus costes de financiación. Por otro, se encuentran con que las reglas de la competencia se están viendo alteradas por las ayudas públicas directas que muchas entidades de otros países están recibiendo. Esto supone un incentivo para las entidades menos eficientes en detrimento de las mejor gestionadas, al tiempo que se levanta una importante barrera a la creación del espacio único europeo.

No puede ignorarse que el crédito y la actividad económica están estrechamente correlacionados. Por consiguiente, la moderación del crecimiento del crédito otorgado por los bancos españoles al sector privado -desde unas tasas próximas al 25% anual hace poco más de un año al 8% en el momento actual- no debería ser motivo de sorpresa alguna. No se trata, en ningún caso, de una "estrategia" del sector que embalsa la liquidez y/o que no traslada las facilidades que se le ofrece a las empresas y hogares. La moderación del crédito responde básicamente a dos grandes razones: a la caída de la demanda, en primer lugar, y al deterioro del grado de solvencia de los agentes, en segundo, que en ambos casos acompañan toda fase de retraimiento de la actividad. Así sucedió en las recesiones de 1984 y de 1993 cuando el crecimiento nominal del crédito fue prácticamente nulo. Sería una enorme irresponsabilidad, y un contrasentido respecto a una de las principales lecciones de esta crisis, pretender que las entidades financieras satisfagan indiscriminadamente toda demanda de crédito con independencia de los criterios de solvencia y de una gestión prudente. Pongamos las cosas en su sitio y no tratemos de buscar un chivo expiatorio al que cargar con la culpa sobre la base de unos análisis que carecen de consistencia. Actuaciones en esta dirección comprometerían la solidez y la solvencia de nuestro sistema financiero, que hoy necesitamos más que nunca para hacer frente a la crisis.
Referencias bibliográficas:





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